LATITUD FÚTBOL

OTRO TEQUILA, POR FAVOR

La banda sonora debería ser la de un lamento mariachi. El marco ideal para que un parroquiano acodado sobre la barra del bar repase los recuerdos aún calientes antes de dar carpetazo a una nueva historia de desengaño. El segundo trago acomoda las ideas, aclara la visión para poder analizar el debut y despedida del Pachuca Club de Fútbol del Mundial de Clubes de la FIFA.
El partido de esta mañana se jugó demasiado temprano como para comenzar la jornada dominical de fútbol, y demasiado tarde como para empalmar la noche del sábado con el Torneo de Japón. Decidimos sacrificarnos y madrugar. El Pachuca -que nos ha dado tan buen fútbol en éstos años- merecía el esfuerzo.
El tema prometía... Primer campeón mexicano de la Copa Sudamericana, actual campeón de la Copa de Campeones de la CONCACAF, y ganador del Clausura 2006 y del Clausura 2007 en la liga de México. En suma, uno de los equipos más en forma de todo el continente americano durante las últimas temporadas.
Pero -no contábamos con su astucia!- en el camino del equipo de Enrique "Ojitos" Meza estaba el Etoile Sportive tunecino, todo un campeón de África, que -de la mano del gol marcado en el minuto 85 por el ghanés Moussa Narry- aniquiló todas las ilusiones de los "los Tuzos".
Se puede decir que el Pachuca dominó durante los noventa minutos de juego el trámite del encuentro. Pero, a lo largo del partido, las botas de Christian Giménez y Damián Álvarez desperdiciaron muchas oportunidades de gol.
El Etoile Sportive hizo su negocio: dejó que el Pachuca lo intentara una y otra vez. Entregó la pelota a los representantes de México para que con ella hicieran lo que quisieran. Agazapada en la maleza de los nervios de los hinchas del campeón norteamericano, la furia felina del equipo de Sahel se hizo notar con un zarpazo recto lanzado desde afuera del área por Narry que, tras desviarse en el cuerpo de un defensor "tuzo", fue a parar al fondo de la red del colombiano Miguel Calero.
Los cinco minutos finales fueron pura desesperación mexicana. Demasiado tarde para una reacción efectiva.
Una pena por el Pachuca. Todo una temporada -casi- con la cabeza puesta en la participación del conjunto blanquiazul en el Mundial de Clubes para que el sueño durara tan poco. Un precio muy elevado para tan poco disfrute.
Ahora suena a poco, casi banal, el hecho de destacar la magnitud del Pachuca como institución dentro del fútbol mexicano y latinoamericano, y la gran progresión de la escuadra "tuza" en el concierto internacional.
Dos de los grandes artífices de la realidad del Pachuca son su presidente, Jesús Martínez Patiño, y su director deportivo, Andrés Fassi, que han elevado a su equipo a unas alturas no imaginadas por los aficionados hasta hace poco tiempo.
Además de lo que nos deja en el terreno de juego cada semana, el Pachuca es el único club de América Latina que toma al fútbol como un hecho científico, digno de análisis, experimento y evolución. De hecho, el Pachuca es el responsable de la Universidad del Fútbol, de la que cada temporada surgen profesionales especializados en la gestión del deporte de alta competición.
Además, el "Grupo Pachuca" posee en las inmediaciones del Estadio Hidalgo su Clínica de Medicina Deportiva, un centro de primer orden a nivel mundial en cuanto a tratamiento de lesiones y de recuperación en deportistas de élite.
A veces pienso que -de a poco-, sin olvidar que lo importante es que la pelotita entre en la red cada domingo, el Pachuca aumenta y solidifica sus cimientos. En silencio, un pequeño "Milanello" pone ladrillo sobre ladrillo en la capital del Estado de Hidalgo, para beneficio y engrandecimiento de todo el fútbol mexicano.

Ariel Judas

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